sábado, enero 05, 2013

Sandra Fontecilla "Talagante"



Saeta

Tibieza mineral,
roca esculpida en la suavidad de mi mano
mientras la brisa me avisa del atardecer.
Soles de ojos tus ojos aquí,
la piedra y su calor
atrapado en el imperturbable transcurrir del día en los elementos-,
decide ser el puente desde el cual me lanzo de una vez por todas hacia ti.
No puedo evitar el golpe,
el asalto de tierra en mi pecho abierto,
el choque frontal,
la nube de polvo,
hundiéndome hasta el fondo
en la perpetuidad presente
de tu cuerpo enroscándose en el mío;
serpiente caprichosa,
foránea,
antepasada transeúnte de estas tierras que transito,
del canto alegre de los niños
y la fruta madura del viñedo:
Eres tú, impregnado en la savia de la exuberancia vegetal.
Eres tú, profundo y silencioso,
musgo que habita desde el fondo y en el fondo,
en el cristal de estas aguas uterinas que atravieso a diario
para nacer siempre la primera vez.

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