jueves, febrero 14, 2013

Kristoffer Andrei Salazariev


A la amada       -  
A la amada, a la madre del sueño,
a la sepia lejana, al romance en primavera,
a la que fue acorde, y es Ópera prima,
y así en sus silencios, también melancolía,
a ella, un beso y la vida.

A la amada,
a ella que fue esencia, el amor,
por eso, lo intangible del silencio,
lo perpetuo del momento,
en miradas.

A la amada, la muchacha simple,
la mujer iconica, idealista castigada,
¿Pudiste amar mis ojos
cuando estos tocaron tu puerta?
Solo tu esencia disipada conoce esa respuesta.

A ella, la amada,
la venus de una noche,
la galaxia ensimismada, el sol del despertar,
es la eternidad solo un segundo
y la existencia una quimera
cuando las manos hablan.

(Lo hablo Epicuro, que de vida sin amor
            no hay muerte, ni pasión)

A ella, la amante,
me la encuentro en videos del ayer,
hace ecos en la memoria,
son sus ojos, la silueta, los dedos,
son rosas, margaritas y violetas,
que se perdieron, antes de llegar.

A la amada, a ella
¿Aún clama el ardor, o ataca la sangre?
¿Aún sueñas temor o te espanta el aire
de la tímida respiración?

A ella, la amada,
la delicadeza desde un balcón
te hizo eterna
y te grabo en mi mente
como un adiós.