martes, diciembre 25, 2012

Jael Vera.






¿Quién soy?  ¿Qué quiero ser?  ¿Cómo ven?

Quisiera volar como un pájaro libre al sol o quizás nadar como un pez de color,
Caminar por el sendero de mi interior descifrando el miedo y el amor,
Como un explorador recorre caminos explorando el exterior,
Explorando cosas por montón, Descifrando preguntas de su alrededor ,
 Como yo, descubriendo detalles, aclarando quien soy.
¿Quién soy?  ¿Qué quiero ser? ¿Cómo me ven?
Seré el reflejo de cada mirada
Seré la mente de cada corazón
Solo seré yo, lo que puedo  ser, querer o poder.
Caminando paso a paso, pasando minuto a minuto, no volando ni nadando,
Solo disfrutando lo que puedo ser, el camino, direcciones y sueños que recorrer,
Sacando respuestas y dudas a la vez, comprendiendo miradas y murmullos,
Interpretando acciones y palabras, remediando errores y cometiéndolos también,
Pero finalmente seré yo, solo yo.

Emersson Eric Pérez Guajardo Santiago




Añoranza

Dos  niños juegan a tirar piedras
rebotan sobre  rieles inundados
la piedra salta tres veces
da con un metro inflable lleno de turistas.

En el agua es posible ver ratones de colores
antes de que un tipo los aleje con su clavado
desde un puente cambio de andén.

El viento sopla fuerte
y un guardia persigue una sombrilla
mientras una señora
matea en la escalera mecánica.

En mi mente el tubo fluorescente  es luz de sol y añoranzas.



Hemany Literaria


SELK-NAM

Desde el lodazal sombrío
de los escombros de tu civilización.
Desde los restos de las ilusiones y desencantos.
Desde allí fluye la vida, nace el amor.
Brote tímido que asoma curioso
para ver la luz del cielo.
La tierra se estira, respira
se levanta y promete un nuevo día.
Recuerda a sus hijos caídos,
sur que llora la devastación,
aniquilados, vendidos, expuestos y
devueltos como piezas de museo,
mientras la inocencia sigue siendo la bandera
Selk-nam que vaga por la eternidad.
El hijo de la tierra nunca supo
que el visitante era el enemigo.
Entre los ecos de toda una población que llora
 las fogatas que ya no alumbran la noche austral,
 entre olas que surcan mares
buscando al pescador que ya no esta
y que recorre llanuras que no son cubiertas
por cazadores de lanzas y cueros,
la tierra los recuerda, los llora
Y entre gimoteos levanta la esperanza
de la memoria que los inmortaliza.
La tierra los acuna y a través de los años
los mantiene vivos en cada amanecer,
en cada canal que bordea la tierra,
en cada isla, islote y continente.
La tierra promete tenerlos
en sus entrañas y recibe el nuevo día
como promesa eterna de mantener
a sus hijos cubiertos y seguros
a resguardo del visitante traidor.