sábado, febrero 23, 2013

Francisca Avaria M.


LAS NUBES LLORAN

El sol quiere acariciarla
temeroso no se atreve
la nieve del vestido
de la novia lo detiene.

Si el velo la traicionara
verían lluvia en sus ojos
¿qué pena tiene la novia 
que el velo no deja ver?
 
¡Pura tu, como puro tu vestido!
palabras que muerden el alma
de quien ya recogió en su seno
del amor la simiente.

Temor se llama el cuchillo
 que siega la vida del niño
 que en ella había
encontrado un nido.

Las nubes lloran por ella
 ella llora por su niño
no lo acunarán sus brazos.
 nunca lo verá reír.

Sus ojitos no verán
los magnolios florecer
y un pequeño corazón
vagará en el infinito.

Cargará su cruz la novia
en este mundo y el otro
cruz que se nombra pena
cruz que se llama culpa.
                                                                                    





José Angel Hogas


SALE EL SOL EN TODAS SUS POSIBILIDADES

¿Qué tan de-cierto es el amor?

Amor,
Vuelvo al origen de las cartas
Para emprender un viaje casero,
Beber de tu vino
Y alimentarme de carne
Como lo hacen los carnívoros.

Voy a marcharme de aquí
En un bote casero,
En un trozo de papel doblado a la perfección
Con remos de esperanza.

Amor,
Navegaré cada metro cúbico
Del agua transparente
Que beber no quiero,
Salgo a las seis de la mañana.

Llevo libros de poesía,
Y semillas nuevas para la huerta,
Un poco de café,
Y un disco de trova que enganché
Para la pena…

Nada ha cambiado en esta ciudad,
Los ricos son más ricos,
Los pobres son más pobres,
Y yo
Sigo escribiendo para el sol,
Una parte ecuestre de nuestros sueños…

Llego mañana si dios quiere,
No bajes los brazos,
El sol ha salido en todas sus posibilidades.

***


María de la Luz Ortega


NOS VAMOS DESALINEANDO

Nos desalineamos
minuto a minuto
Cambiamos tras cada tempestad
Son demasiado las instancias externas
que desprenden la piel
Transitamos por este largo camino
sin más precisión que el instante
Los individuos que nos rozan
introducen sin piedad          sus miedos
Nos traspasan su carga
sin previo aviso
y llegamos al final de nuestra historia
como seres irreconocibles
 con apena
  una pincelada de quienes éramos.