jueves, marzo 07, 2013

Paulina Correa


Acoso



Te escribo palabras dulces, acarameladas, empalagosas,
las cubro de azúcar para que quedes pegado a ellas,
para que te veas obligado a oírlas,
para que te cubran la piel.

Las pongo en los pasillos,
en el marco de tu ventana,
en las cortinas de tu pieza,
espero escondida a que quedes atrapado ahí.

Te veo enredado con mis verbos,
los ojos perplejos ante tanto adjetivo,
te veo sumido en ideas sueltas,
presintiendo mi presencia en un rincón.

No somos rima ni verso,
eres un tierno ojo atrapado en un papel,
te envuelvo,
te retengo entre las tapas de un libro viejo,
encuadernado como para un festín.

A solas voy acariciando tus sensaciones,
pegadas en cada página que tocaste,
me deleito con tus pestañeos,
con el rumor de tus labios al deletrear,
con el paso grácil de tu dedo por el papel.

Me envuelve el entusiasmo,
vuelco cajas de letras por tu camino,
te envuelve una llovizna de frases no dichas,
excesiva te cerco con mis palabras,
solo por oírte susurrarlas.

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