Algo del Amor
Herencia que se la
debo a las indias que conformaron mi familia.
Lo sé, porque al
igual que ellas,
Los hijos me
salieron con tanta facilidad como los engendré.
Desde niña me tomé
muy enserio el color de mi piel,
Salía al patio a
pintar las nubes negras,
Y aunque mi padre
me amaba por mi acento dulce y mis ojos dormidos,
Yo en realidad
cultivaba a la bruja que tanto tiempo te atormentó.
Es por eso que la
primera vez que te besé, te dejé tan negro,
Que no te pudiste
quitar el color por más agua que te echaste encima
del cuerpo y de la
conciencia.
¡Ay! Mi vida
Y tú que pensabas
que yo era una especie de ada,
Y yo que no soy más
que una mujer maldita por otras que han sido como yo,
Atormentadas
históricamente por cuestionar el amor y el tradicionalismo.
Entonces, ya no me
pidas lo que no hay en mí,
En mí hay tan poca
luz,
Que si volviera a
tocarte y mis manos acariciaran tu cuello
Y tu boca mordiera
mi espalda…
Te dejaría negra
esa piel de leche que se esconde debajo de tu camisa.
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