martes, marzo 19, 2013

Héctor García Campos.


Madre


  
MADRE…
Cuando no estás, la distancia
se hace lejos, tanto, que no te veo,
entonces, quiero acortar espacios
porque, tú, con la verdad de mujer  
sin complejos, eres vida
que me quita penas alejando
amarguras y dudas saciando
mi sed y apartando soledades.
Madre…te engalano con rosas
porque eres hermana de la libertad
abrazando mi cuerpo cuando estoy
en el océano de la noche.
Madre… eres la llama y el frenesí
que llenas los vacíos de éste  el
hijo de tus días, historia de tu tiempo
como la mujer que se  acercó
a la vida esencial.
Madre… guerrera de mis cuidados
y pasiones, Tú, encendiste la flama
que adormeció los ahogos de mis años.
Madre… eres la que me ancló a tu paraíso
y curaste mis heridas con abundancia
de afectos, con ese calor que estremeció
 mi corazón para que viera nuevos
 amaneceres y abrigara a la noche
olvidando pesares,  fantasmas y
ansiedades haciendo que encendiera la
el origen de mi naturaleza. Por ello,
serás mi refugio porque,
tú, madre, me diste la vida y
sembraste mis alegrías  avivando
los reflejos de estos  sentimientos,
Por siempre.-


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