martes, marzo 05, 2013

Alejandra Eugenia Cortés Névez









AMANECIÓ

Sólo esperé, dormí, me serené en un estado de alerta que me mantuvo al tanto de mis más mínimos pensamientos, aquellos obstinados y rebeldes que me decían –“haz esto mejor”- . Nunca fui la mejor contando historias, siempre quise escribir un libro que atrapara letras marcadas con llanto, venas, ojos, manos, pues son la marca registrada del alma. En un espacio que nunca estuvo, en un tórax a punto de explotar en llanto amargo, le añadí un poco de azúcar a esto; aprende de la tierra, que renace y no le importa soltar raíces podridas, aprende del mar, que lanza a la orilla sus desechos, envueltos en algas, como cadáveres fáciles y maleables. ¿Todo es tan fácil?
Visto desde ojos ajenos la vida trasciende, te das cuenta que el hilo negro, la ropa rota, amigos falsos, corazones malos y perros tiernos son fáciles de hallar...

Sólo quiero amanecer, crecer, florecer, vivir, sentirme yo, me voy para siempre.

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