jueves, enero 17, 2013

Carmen Clavijo


INTI

Un día nació el Inti, de los brazos de los sueños
se abrigo en los anhelos de querer brillar,
observaba desde el cielo, los deseos mortales,
la angustia, la pena y el dolor sin cesar.

El Inti creció con orgullo
y lejos del hombre que lo quería alcanzar
pero quería conocer a ese humano,
que lo desafía,  al su nombre pronunciar.

Bajó con en su carruaje dorado,
y  con su mirada indiferente;
llamó al ser humano y le dijo
¿ aquí estoy para que me quieres?

El hombre  no pudo mirarlo,
sus destellos quemaban sus ojos,
su piel se caía si lo tocaba
ante él, sus armas eran despojos.

¿Quién te crees, que puedes poseerlo todo?
Le contesto el humano con insolencia,
Yo soy tu señor, y si quiero te adoro
si no te olvido, para mi eres pura presencia.

El Inti indignado de tan insolente respuesta,
Levantó su mano  y le indico la tierra,
“he aquí la fuente de tu vida, de tu poder y tu osadía,
dependes de mí, sin él, tu cultivo se entierra.

Diciendo esto, apago sus cabellos, dejando a la tierra a oscura,
cerró sus ojos para no ver, la  tristeza de su gente
cerró su corazón y se consumió en palabras mudas
para no escuchar el quejido de la muerte.

“Has desafiado mis palabras, has deshonrado mi nombre”
¿quién te crees hombre iluso?
¿qué puedes gobernar al más sabio? ¿qué puedes reemplazarme?
que puedes destrozar la historia en un minuto.

El humano agacho su cabeza y sin pronunciar palabra
por sus mejillas se deslizo sus negras lágrimas,
queriendo enmendar su error, se arrodilla.
“aunque su espíritu deambula como desolada anima”.

El Inti mirando su cara de desconsuelo
se apiada de su alma,
le toma sus manos heridas por sus palabras
Y cura su corazón con calma.

Hombre, ingrato, recuerda mis palabras,
no seas arrogante con tu naturaleza,
recuerda  que en cada espacio de este mundo, es vida,
no la maltrates, ni le trates con dureza.

Si en tu corazón triste y vacio,
existe la compasión hacia el prójimo y hacia ti,
recuerda que todos vivimos en este nido
¡por eso déjanos vivir!

Acongojado con tanta bondad, el hombre hizo suyas las palabras
tomo de vuelta su camino,
y aprendiendo la enseñanza;
“que a pesar de todo, el inti siempre será tu amigo”

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