AMANECIÓ
Sólo
esperé, dormí, me serené en un estado de alerta que me mantuvo al tanto de mis
más mínimos pensamientos, aquellos obstinados y rebeldes que me decían –“haz
esto mejor”- . Nunca fui la mejor contando historias, siempre quise escribir un
libro que atrapara letras marcadas con llanto, venas, ojos, manos, pues son la
marca registrada del alma. En un espacio que nunca estuvo, en un tórax a punto
de explotar en llanto amargo, le añadí un poco de azúcar a esto; aprende de la
tierra, que renace y no le importa soltar raíces podridas, aprende del mar, que
lanza a la orilla sus desechos, envueltos en algas, como cadáveres fáciles y
maleables. ¿Todo es tan fácil?
Visto
desde ojos ajenos la vida trasciende, te das cuenta que el hilo negro, la ropa
rota, amigos falsos, corazones malos y perros tiernos son fáciles de hallar...
Sólo quiero amanecer, crecer, florecer, vivir, sentirme yo, me voy para siempre.
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