Acoso
Te
escribo palabras dulces, acarameladas, empalagosas,
las
cubro de azúcar para que quedes pegado a ellas,
para que
te veas obligado a oírlas,
para que
te cubran la piel.
Las
pongo en los pasillos,
en el
marco de tu ventana,
en las
cortinas de tu pieza,
espero
escondida a que quedes atrapado ahí.
Te veo
enredado con mis verbos,
los ojos
perplejos ante tanto adjetivo,
te veo
sumido en ideas sueltas,
presintiendo
mi presencia en un rincón.
No somos
rima ni verso,
eres un
tierno ojo atrapado en un papel,
te
envuelvo,
te
retengo entre las tapas de un libro viejo,
encuadernado
como para un festín.
A solas
voy acariciando tus sensaciones,
pegadas
en cada página que tocaste,
me
deleito con tus pestañeos,
con el
rumor de tus labios al deletrear,
con el
paso grácil de tu dedo por el papel.
Me
envuelve el entusiasmo,
vuelco
cajas de letras por tu camino,
te
envuelve una llovizna de frases no dichas,
excesiva
te cerco con mis palabras,
solo por
oírte susurrarlas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario