LA BUSQUEDA
Calle tragada por el subsuelo
en la gris
tierra del tiempo perdido,
juventud
deshecha en hilos enmarañados
cabeza
cana de incomprensión nocturna.
En esos hilos de mil nudosos
en esa tierra
de vaivén oscuro,
busco cual
minera con lámpara encendida
lo que robo
el espacio en cruel desventura.
Sola con combo y barreno
desastillo
años eras y recuerdos,
trabajando
como partera en oscuro silencio
para extraer
la luz del entendimiento.
La busco ¡Oh! cómo la busco
aquella
ráfaga de tantas congruencias,
aquella sabia
de miles de almas rezagadas,
aquella
perspicacia de un alma sensible.
Pero no; no la hallo,
ni en el
recóndito escondrijo del topo,
ni en la
altura llana del majestuoso cóndor
y sólo puedo
resignarme a beber cócteles
en la fiesta erudita de mis frágiles recuerdos.
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