INTI
Un
día nació el Inti, de los brazos de los sueños
se
abrigo en los anhelos de querer brillar,
observaba
desde el cielo, los deseos mortales,
la
angustia, la pena y el dolor sin cesar.
El
Inti creció con orgullo
y
lejos del hombre que lo quería alcanzar
pero
quería conocer a ese humano,
que
lo desafía, al su nombre pronunciar.
Bajó
con en su carruaje dorado,
y con su mirada indiferente;
llamó
al ser humano y le dijo
¿
aquí estoy para que me quieres?
El
hombre no pudo mirarlo,
sus
destellos quemaban sus ojos,
su
piel se caía si lo tocaba
ante
él, sus armas eran despojos.
¿Quién
te crees, que puedes poseerlo todo?
Le
contesto el humano con insolencia,
Yo
soy tu señor, y si quiero te adoro
si
no te olvido, para mi eres pura presencia.
El
Inti indignado de tan insolente respuesta,
Levantó
su mano y le indico la tierra,
“he
aquí la fuente de tu vida, de tu poder y tu osadía,
dependes
de mí, sin él, tu cultivo se entierra.
Diciendo
esto, apago sus cabellos, dejando a la tierra a oscura,
cerró
sus ojos para no ver, la tristeza de su
gente
cerró
su corazón y se consumió en palabras mudas
para
no escuchar el quejido de la muerte.
“Has
desafiado mis palabras, has deshonrado mi nombre”
¿quién
te crees hombre iluso?
¿qué
puedes gobernar al más sabio? ¿qué puedes reemplazarme?
que
puedes destrozar la historia en un minuto.
El
humano agacho su cabeza y sin pronunciar palabra
por
sus mejillas se deslizo sus negras lágrimas,
queriendo
enmendar su error, se arrodilla.
“aunque
su espíritu deambula como desolada anima”.
El
Inti mirando su cara de desconsuelo
se
apiada de su alma,
le
toma sus manos heridas por sus palabras
Y
cura su corazón con calma.
Hombre,
ingrato, recuerda mis palabras,
no
seas arrogante con tu naturaleza,
recuerda que en cada espacio de este mundo, es vida,
no
la maltrates, ni le trates con dureza.
Si
en tu corazón triste y vacio,
existe
la compasión hacia el prójimo y hacia ti,
recuerda
que todos vivimos en este nido
¡por
eso déjanos vivir!
Acongojado
con tanta bondad, el hombre hizo suyas las palabras
tomo
de vuelta su camino,
y
aprendiendo la enseñanza;
“que
a pesar de todo, el inti siempre será tu amigo”
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